Estreñimiento

¿Qué es el estreñimiento?

Se puede considerar que una persona padece de estreñimiento cuando presenta uno o varios de los siguientes síntomas:

  • Realiza esfuerzos importantes para defecar.
  • Sus heces son duras o en forma de bolas.
  • Defeca dos o menos veces en una semana.

¿Por qué se produce?

Las causas más frecuentes de estreñimiento son hábitos dietéticos y evacuatorios incorrectos, como:

  • Falta de ingesta de fibra.
  • Abuso de alimentos que endurecen las heces.
  • Ignorar la sensación de querer defecar.
  • Uso inadecuado de laxantes.
  • Falta de ejercicio físico (sedentarismo)

En un pequeño número de pacientes, hay que descartar otro tipo de problemas, que podrían ser de más difícil solución (alteraciones intestinales, neurológicas o psiquiátricas, problemas endocrinológicos o metabólicos).

¿Cómo se soluciona el estreñimiento?

En la mayoría de los casos, el estreñimiento se puede resolver con bastante facilidad, de forma definitiva, corrigiendo los hábitos anteriormente mencionados. Para ello, la persona estreñida debe:

  • Tomar conciencia de su problema, ya que, si no pone los medios necesarios, puede sufrir molestias y complicaciones mucho mayores en el futuro.
  • Organizar su ritmo de actividades y de comidas diarias, estableciendo un horario, en la medida de sus posibilidades.
  • Incluir en su dieta alimentos que contienen fibra.
  • Tomar abundante agua, 8 vasos diarios como mínimo.
  • Realizar algún tipo de ejercicio físico, aunque sea sencillo, como caminar. Si puede ir a algún lugar caminando, procurar no hacerlo en carro.
  • Ir al baño cuando sienta deseos de defecar, de preferencia por la mañana, antes o después del desayuno.
  • Evitar los alimentos que estriñen, como plátano, banano, guayaba, o exceso de arroz.
  • Abstenerse de usar laxantes de ningún tipo sin prescripción médica.

¿Cuáles alimentos ayudan?

Los alimentos ricos en fibra, junto con el agua, ayudan a la formación de heces blandas, evitando así el estreñimiento. Estos alimentos son:

  • Frutas como mandarina, naranja, mango, manzana (mejor con la cáscara), pera (mejor con la cáscara), melón, sandía, piña, papaya, zapote, uva, durazno, frutilla, claudia, coco, chirimoya. La fruta fresca contiene más vitaminas, pero aporta la misma fibra si se cocina, ya sea en mermeladas, dulces o postres, siempre que no se cierna la fruta.
  • Cereales como salvado de trigo, germen de trigo, avena, ajonjolí, preparados tipo “granola”, panes integrales.
  • Frutos secos como uvas pasas, ciruelas pasas, maní, nueces, almendras, avellanas.
  • Legumbres como acelga, brócoli, col, coliflor, espinaca, vainita, apio, berenjena, zapallo, remolacha, lechuga, tomate, zanahoria.
  • Granos como frejoles, lentejas, garbanzos.

En algunos casos, el médico puede prescribir un suplemento de fibra para tomar por vía oral.

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